Horizonte de Sueños by Diego Sandoval

Horizonte de Sueños by Diego Sandoval

autor:Diego Sandoval
La lengua: spa
Format: epub
Tags: drama, novela romantica, amor contemporaneo
editor: Diego Sandoval


«Hotel Internacional. Número de habitación: …»

—Imagino que estás pensando lo mismo que yo, pero es mejor que cada quien esté en su casa. Hechos y no palabras…

—Entonces, espero verte pronto —concluí. Esto le dije, pero no iba a buscarla.

13

Pasó el tiempo y como me prometí, no busqué a Irene. Enamorado de Scarlett, ¿podía amarle haciendo cosas contrarias? ¿Decir una cosa, pero hacer otra? Así resolví no buscarla.

El reloj marcaba las ocho. Era una mañana maravillosa, el cielo estaba despejado y tan azul, que con sólo verlo me sentí contento.

Cuando llegó la hora del desayuno, me reuní con mi familia en la mesa. Mi papá se dirigió a mí:

—¿Qué significa la maleta que tienes arriba?

—Nada… ahí ha estado. No voy a ningún lado.

—No juegues conmigo —añadió serio—. Sabes que no conocemos a esa mujer por quien estás loco, ya que mantienes todo en secreto. Tienes que abrir los ojos y dejar de vivir en sueños.

—Papá, no puedo dejarla. Tu eres un hombre razonable y yo un romántico. Nunca llegaré a comprenderte, y tú nunca a entenderme.

—No digo que dejes a la chica —repuso—. Me refiero a que aprendas a manejar una relación y ser moderado. Ordena tu tiempo y ten prioridades, ámala, pero sin dejar a un lado el deber de la educación y la familia. Cuando un joven está enamorado, toma decisiones sin pensar en el futuro, errores que después le hacen arrepentirse. Es al mismo tiempo cuando menos se prospera, por eso, es menester entender que vale más dedicar el tiempo a asuntos prósperos que a los amores de la juventud. Casi no existimos para ti. Sé que has sido un buen joven, pero no cometas errores como muchos han hecho en su juventud. Hablo incluyéndome en ese grupo. Resulta poco fácil de entender que reclamo cosas que de igual forma yo hice, pero así somos los padres, no queremos que nuestros hijos cometan los mismos errores que nosotros.

—Comprendo.

—Es preciso que no sólo lo comprendas, sino que lo apliques. ¿Qué regla es útil si no se emplea?

—Alejandro —exclamó mi madre desde la cocina—, es muy inocente.

—Te incomodan mis reprensiones —dijo al ver mi silencio—, pues no tendrás otro camino más que seguirlas porque el que manda aquí, sabes que soy yo. Bonito el mundo que quieres figurarte, pero para vivir bien hace falta dinero.

—Creo que me puede ir bien en ambas cosas —confesé—. No será necesario que renuncie a ninguna.

—Entonces no abandones todo un mundo de deber como lo hiciste hace poco.

No rebatí más, únicamente me limité a terminar el desayuno. Al finalizar me levanté de la mesa y salí de casa. El último semestre del año en la universidad terminó y no me fue bien. En ese sentido, mi papá tenía razón de estar molesto. Había pasado navidad y empezábamos el nuevo año.

Salí con el corazón apenado por lo sucedido. Mi mamá estaba preocupada, seguro pensando que me iría pronto de casa. Al final, no les reclamaba, les entendía y sin embargo no obedecía. ¿Tiene sentido esto?

Llegó la noche de un jueves.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.